Sociología y Xenofobia

Es innegable hoy por hoy que el fenómeno de la migración ha venido marcando un ritmo acelerado, tanto que la sociedad no ha reparado en ella hasta que el color de piel empezó a cambiar y con eso la aspereza de nuestro rechazo se hizo más notorio y discriminatorio, si, y es que a nivel de la sociedad mas que una oportunidad de choque de culturas en un periodo de alta modernidad pudiera tener cuentas positivas para los y las chilenas, observando las ventajas cualitativas que en esto hay, cuáles son esas y dónde están.

Por otra parte, también es innegable que desde la historia y a nivel mundial el fenómeno de la migración a sido parte característica en la conformación, transformación y mutación de las sociedades, es decir: “Los desplazamientos territoriales del hombre han sido parte de su propia historia; agudizados en determinados periodos, atenuados en otros; han estado condicionados por diferentes factores de naturaleza ambiental, demográfica, económica, cultural, religiosa y sociopolítica. Así, la formación de Naciones, Estados e imperios de una parte y las guerras de otra, han dado lugar a migraciones tanto voluntarias como forzadas”. (-Eramis Bueno Sánchez- “Apuntes sobre la migración internacional y su estudio”).

No aceptar esta variable sociológica, no permitiría desarrollar el libre flujo de la humanidad, consideremos por ejemplo el periodo histórico de la colonia en Chile, cuando sucede la migración campo-ciudad, ¿un proceso a mi juicio clave no? Claro que sí, pensemos, sin este proceso las ciudades o Estados-Nación como las conocemos ahora no se hubiesen dado. Todo lo que la Industrialización trajo consigo, aunque no llego como revolución sí tuvo repercusiones en América Latina y en Chile específicamente.

Cabe mencionar, antes de referirnos al caso Antofagasta, un último punto. Tener en cuenta que el fenómeno migratorio es un impacto multifactorial, claro está, el arribo de una masa de habitantes nueva al país incide en elementos estructurales que componen la sociedad, como cuando se pregunta que es más importante, si el individuo o la sociedad y argüimos que uno es reflejo del otro. Decíamos, elementos estructurales como a lo menos tres: economía, política y cultura, lo complejo aquí y para no extendernos en demasía está en el elemento cultural, lo que no quiere decir que le reste importancia a los otros dos, aquellos tienen un orden más bien homogéneo y sus soluciones presentan características similares, por otro lado el cultural, contiene un carácter heterogéneo dentro de sus componente o conformación y las problemáticas a solucionar contienen o conllevan obviamente una alta complejidad.

Ahora, bajémoslo a la realidad, tenemos claridad de lo que ha sucedido las últimas décadas en la II región de Antofagasta, y digamos Antofagasta, pero a sabiendas de que es una problemática que se viene dando a lo largo de todo nuestro país, si pareciera ser que en nuestra capital regional con una mayor intensidad.
Históricamente Antofagasta siempre se caracterizó por ser una ciudad de paso, una ciudad de comercio, el flujo de masa iba y venía no se podía establecer una Identidad Cultural determinada, recordemos la migración campo-ciudad de nuestros mismo compatriotas que también es parte de la inmigración, sumándole la de los extranjeros, que en aquellos tiempos correspondía a Bolivianos y Peruanos, considerando que aquí también existía la división geopolítica acorde a los nuevos estados nación como los conocemos, sin embargo las divisiones bajo el precepto andino conocida como los suyos aun existían, agrupadas en el Tahuantinsuyo, y con esto el libre tránsito bajo esos límites no considerados en divisiones occidentales.

Continuemos entonces, si reconocemos que el factor cultural contiene en su composición una alta complejidad deberemos entonces entender también que darle solución a su problemática conlleva una exigencia sine qua non e imperativa en lo que conduce al trabajo con las comunidades de acogida (nativos de Antofagasta) y la comunidad de allegados (migrantes), de forma paralela, reconociendo en el acto cuales son los países que mayoritariamente están llegando a la región.

Para tales efectos observamos hoy en Antofagasta que la explosión de nuevos inmigrantes está compuesta por hermanos de Colombia, Haití y Venezuela, agrego estos últimos dos países, aunque son mas recientes y mucho más impacto no han generado como el colombiano.

Ahora, fijémonos en el comportamiento y comparemos, decimos y pido, bajemos esta información a la realidad, durante mucho tiempo histórico hemos compartido suelo con peruanos y bolivianos y hemos observado que en el cotidiano su comportamiento es mas bien silencioso, me refiero a parco; un trabajador en la vega de Antofagasta no responderá con el mismo talante al como lo hace un chileno si es que no tiene la confianza con el chileno que lo está molestando ¿sí? Ahora bien qué cambia, dos cosas cambian y que son radicales el color de piel, el convivir con hombre y mujeres de color negro impacto mucho en los chilenos y de muy mala manera, un ejemplo al caso, el año 2013 encuestando, me toco encuestar a un colombiano de tes negra con carrera universitaria que llevaba tiempo acá en Antofagasta sin  poder encontrar trabajo en su profesión, sobrevivía lavando autos, paradójicamente su esposa también radicada acá en la ciudad de tes blanca con carrera si había encontrado trabajo en su profesión.

El color negro para el antofagastino es sinónimo de sucio de malo de delincuencia, droga, prostitución y aunque tengo claridad en que por mayor sea el número de cisnes blancos que yo vea no debo decir que todos los cisnes son blancos, el problema se duplica porque en el comportamiento al contrario que el peruano y el boliviano el colombiano se para, contesta, es mas grande, es choro, escucha la música alta, le gusta bailar, la rumba mami…

Así como este podemos encontrar muchos otros ejemplos, como les pasa hoy a los hermanos venezolanos que se paran en calle Prat con una bolsa de dulces para poder ganar algunas monedas chilenas.

Cabe destacar que la llegada de hermanos colombianos de tes morena ha removido el pensamiento y la mirada de la sociedad antofagastina, estimulando el prejuicio negativo y la discriminación, de una manera increíble y es aquí cuando llegamos finamente a bajarlo a la realidad desde lo teórico como explicábamos en un inicio, pues como he podido experimentarlo este fenómeno toma tintes de confrontacional antes de integración, para optar a un mejoramiento en la interacción  social y la mejor calidad de vida entre los integrantes de una sociedad unida para la redefinición de una identidad cultural difusa y casi inexistente.

Ahora si puedo decir que hay Xenofobia desde la Sociología, ahora sí puedo argumentar con fundamentos y desde la experiencia que aquellos que vienen por una oportunidad con sueños y anhelos muchas veces son rechazados por nosotros que no tenemos ni una pizca de paciencia para oír y ayudar. Si me preguntáis a mi qué pienso al respecto, qué haría o cómo ayudaría, creo humildemente que es imprescindible a la vez considerar, que la comunidad antofagastina debe ser re-concientizada sobre los efectos más bien positivos que genera la multiculturalidad en la región, aceptarlo e inmiscuirse en el tema de manera participativa.

No hay términos de prudencia frente a un problema que viene dejando coletazos sociales impregnados de un desencuentro cultural que llama a crear un conflicto importante, como sucede hasta ahora, como se deja entrever, la dimensión de los cambios que provocan este fenómeno.

La propuesta se anida en esa idea, porque no podemos negar que aquellos ya instalados en la ciudad están provocando y permanecerán provocando cambios que transcurrido el tiempo pareciera no generar una mayor receptividad en los ciudadanos, ni tampoco podrá hacerlo si es este mensaje de negatividad y rechazo el que se transmite a las nuevas generaciones


 
Giovanni Pellegrini Corrales
Sociólogo y Licenciado en Sociología

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