El concepto de Desarrollo en el proceso de descentralización.
El concepto de Desarrollo en
el proceso de descentralización.
“Hoy necesitamos
políticos que busquen el poder para compartirlo y dispersarlo, más que
concentrarlo” (James A. Joseph. 2000)
En la actualidad resulta relevante
someter a análisis conceptual la situación de la descentralización como proceso
potenciador del Desarrollo, en sus distintas vertientes, para su consecución y
sostenibilidad. En un mundo que se vuelve altamente complejo cada vez, la
distribución político-administrativa requiere ser observada en relación a la
efectividad que ha tratado de mantener según el contexto en la que se aplique.
Por lo cual el interés que genera la
problemática actual sobre el proceso de descentralización es de carácter
contemporáneo y necesario, pues al interior de las ciudades más marginales
geopolíticamente se ven afectadas directamente por la marcada e histórica
centralización existente en el país. Resultaría en una sana prognosis
relacionar las implicancias reales que permitan aseverar cómo es que una de las
condiciones para el Desarrollo en el país, guarda estricta asociación con el
proceso de descentralización.
En
este sentido y pensando en el avance socio-económico: “ha venido produciéndose una confluencia de diferentes aportes que,
desde distintos ángulos, vienen construyendo una visión más integral sobre el
Desarrollo que incorpora el enfoque territorial como una de sus bases
principales de sustentación teórica y conceptual”[1]
De
esta manera se observa en la bibliografía que las ideas de Desarrollo endógeno,
la posibilidad del Desarrollo económico local y la inexistencia de la
consideración del territorio local y sí la preponderancia de la producción
industrial.
Es
de importancia considerar que la región latinoamericana ha sido la cruzada
ideológica de las superpotencias económicas y militares mundiales, generando
procesos de democratización que han ingresado a los distintos países de la
región por medio de dictaduras militares y periodos que han configurado los
modelos económicos que dominan sobre una lógica capitalista de rentabilidad,
maximización de la producción y acumulación de capitales.
Así
nacen teorías como la de la dependencia desarrollada por Prebisch y la CEPAL
que nos hablan desde un enfoque estructuralista y proponen que los países
subdesarrollados han caído en una suerte de dependencia de los países primer
mundistas, convirtiéndose en productores de materias primas bajo una lógica de
centro-periferia. Se indica esta referencia por ser claramente la más cercana a
la realidad Latinoamericana y, por ende el aporte conceptual más indicado para
ayudarnos a acercarnos a la realidad de la ciudad de Antofagasta.
Entonces
la situación de subdesarrollo del país o mejor dicho de país en vías al
Desarrollo, debiese considerar la reincorporación de la dinámica
socio-económica que se genera dentro de territorios locales y que pueden
favorecer el Desarrollo de cierta comuna, sumado a esto que se reactive el
proceso de descentralización como programa de los gobiernos venideros de manera
encarecida para agilizar la normalización y estructurar un avance real, que
implique la noción de aplicabilidad del concepto de Desarrollo.
Por
otra parte necesario es aclarar que esta monografía, al mismo tiempo, intentará
auscultar el mecanismo descentralizador y la existencia efectiva de aquella al
interior de los órganos de gobierno, para eso debemos entender que: “las
estrategias de Desarrollo local se han ido abriendo paso como un enfoque con un
fuerte componente de pragmatismo, una concepción de abajo hacia arriba y una
visión más integral de las diferentes facetas o aspectos del Desarrollo, con un
planteamiento horizontal del mismo al que obliga la vinculación territorial de
las diferentes políticas de Desarrollo[2]”
De
esta manera abordar la investigación acá presentada, inmiscuyéndonos de plano
en las formulaciones que amparan el modelo centralista, que, al menos en
América Latina marcó la pauta para el crecimiento económico y el Desarrollo de
sus sociedades, al mismo tiempo reconocer que dentro de este mismo modelo nació
la impronta para ejercitar con el proceso de descentralización: “varios de los
actuales procesos de descentralización se iniciaron bajo el modelo centralista,
a través de la modalidad de transferir funciones desde gobiernos centrales a
autoridades designadas como un componente de reformas administrativas dirigidas
a hacer frente a los recientes problemas de ineficiencia. Estos procesos
consistieron tanto en descentralización funcional (u horizontal), como
territorial (o vertical)”[3]
Entonces
debemos conocer que el intento por abordar un tema altamente complejo implica, un
gran desafío y para lo cual el partir por la definición de los conceptos de
mayor relevancia para el trabajo, nos develara las intenciones óptimas y los
objetivos de esta investigación. Es por lo cual se aclara que la importancia de
la descentralización al interior de una región como la latinoamericana, en sus
distintos contextos, será una variable Estado que permitirá, como se menciona
más arriba, una reforma política y administrativa, en función de la delegación
del poder en organismos que adecuen el camino y formalizar así mediante hechos
observables, en un proceso largoplacista la consideración al menos, de la
importancia de los territorios locales con las virtudes tanto económicos como
identitarios.
En
este sentido planteamos que el Desarrollo no se dará antes que este proceso de
largo plazo, comience a formalizarse y estructurarse de manera locuaz, de forma
tal que logre complejizarse dentro de la sociedad al punto tal que sea un
mensaje socializante en las generaciones próximas. Aún así no hay que olvidar aquí
que culturalmente el sujeto-actor no precisa de una predisposición cultural que
se relacione con el concepto de política o cultura política, bajo la idea de
participación ciudadana pueden exigirse parámetro básicos del accionar
representativo, sin embargo, sea por el diseño del marco legal que nos regula,
sea por la ausencia de voluntad ciudadana para exigir esa participación, como
lo conocíamos hasta hoy pues se evidencia un quiebre en la toma de conciencia
cívica.
Lo
anterior solo viene a corroborar la sentencia de que una descentralización
acorde a los tiempos de una alta modernidad, estimulará en mayor medida una
participación ciudadana crítica y constructiva, ya que el decir crítica no
necesariamente implica una contrariedad, sino mas bien la posibilidad exacta de
mejorar estructuralmente el campo de acción, pero no de manera unívoca, sino en
consideración de la diversidad identitaria y de los criterios allí presentes.
Es
de esta manera que contener el Desarrollo como un concepto aplicable, requiere
necesariamente un análisis previo, que parte por la definición y auscultación
de sus vertientes mayormente significativas, al mismo tiempo no se puede
desconocer que parte de este concepto está entroncado con el proceso de
descentralización, como argumentamos, territorial, funcional y político.
“La descentralización política es una
tendencia irreversible pero el proceso puede ser frenado en la medida en que no se
obtengan los resultados esperados y particularmente si pone en peligro la
estabilidad. Las principales consecuencias serían de carácter político, ya que
se postergarían avances en materia de participación que solo podrían ser
viabilizados a través de la descentralización y se restaría su concurso a la
gobernabilidad democrática. Más aún se frenaría el Desarrollo de la gobernación
democrática, es decir de la capacidad de autogobierno de una sociedad, que la
descentralización debe viabilizar”[4]
La
condición del Desarrollo en la descentralización; el caso chileno.
Es
sabido que nuestro país no es un país pobre, sino más bien enriquecido por
medio de sus recursos naturales en abundancia, sobre todo minerales,
entendiendo geológicamente, que el norte de nuestro país resulta una anomalía
para esta disciplina. Así esta riqueza que ha sido legada a partir de una serie
de potencialidades de Desarrollo, que sin embargo, han sido marcadas por la
penetración de un fuerte centralismo al interior del país, el cual ha afectado
el Desarrollo económico local, según la capacidad de los territorios y ha mas
bien potenciado el crecimiento económico lento y desigual del centro del país.
Chile enfrenta un gran reto, debe romper con la lógica de
Desarrollo del enfoque centro – periferia[5], el crecimiento económico
que ha caracterizado al país durante los últimos 20 años significan que es un
momento ideal para revisar las políticas en torno a la economía del país, y por
qué estas políticas, porque es necesario traspasar a revitalizar el proceso de
descentralización de carácter funcional, territorial o político: “La
descentralización—en el ámbito del Estado—puede ser: funcional, territorial,
política, en todos los casos requiriendo la existencia de una organización
poseedora de personalidad jurídica propia, recursos propios y normas propias de
funcionamiento. En su primera dimensión, la organización descentralizada sólo
puede realizar actividades específicamente definidas y restringidas a un ámbito
sectorial dado (p. ej., una empresa pública de generación de energía
hidroeléctrica); en su segunda dimensión, la organización descentralizada opera
en campos múltiples, pero su acción queda estrictamente delimitada por una
demarcación territorial (como es el caso de los “gobiernos” regionales en
Chile16), en tanto que en la tercera, la organización se genera a sí misma
mediante procesos políticos democráticos, como es el caso de numerosas
entidades sociales cuyos cargos son dirimidos de tal manera”[6]
Facultando a las distintas regiones dentro de aquellas
potencialidades de Desarrollo, con la posibilidad concreta de participar en la
toma de decisiones y redistribución de los dineros generados al interior de
ella y en las versiones con que Boisier nos ayuda aclarar, Chile necesita
entender que para lograr ser un país Desarrollado debe capacitar la integración
del país por medio de la descentralización, la idea de regionalización existe,
sin embargo no se concreta, más aún la gente, luego de que las comunicaciones
se abren, son capaces de observar este tipo de fenómenos dejando manifestar su
malestar (que son los casos que suceden en Calama y Aysen por ejemplo).
Posibilitando una manera de control social hacia el Estado.
Cuando lo que ocurre en una Región se decide en el
centro, es Tiempo de cambiar las reglas. Esta sensación, que se percibe en la
ciudadanía y sobre todo aquella ciudadanía que no pertenece a la clase que
representa los intereses del centro, es una muestra con perspectiva sociológica
de la presencia de un conflicto social, la propuesta está en que la
identificación de aquél se explica en la lógica siguiente, la sociedad se
compone de dos elementos estructurales que presentan características más bien
homogéneas, así el elemento económico y el elemento político vienen a reflejar
aquellos elementos, por otro lado existe la presencia de un elemento que
presenta características de orden homogéneo, este elemento es representado por
la variable cultural inherente a cada sociedad, en este caso región. Así la
configuración que se debe dar para que se potencie el Desarrollo es el
equilibrio entre estos elementos homogéneos y heterogéneos.
De esta
manera se formula que para que el Desarrollo se encamine a buen puerto, debe permitirse
que las economías locales dependan de sus propias particularidades para su
crecimiento, en tanto sean estas en el plano de los recursos y su distribución como en la metodología para
su cumplimiento.
En más, los efectos contemporáneos de la
presencia globalizadora de la economía nos muestra que: “En efecto, como se ha indicado, la globalización
contiene fuerzas que empujan la descentralización en todos los ámbitos
decisionales, contrariamente a la visión simplista de ella que presupone la
supremacía total de fuerzas homogeneizantes y centralizadoras y concentradoras”[7].
Para lo cual se hace relevante que el Estado tenga
la capacidad política y administrativa de, como se ha mencionado más arriba,
recurrir a revitalizar, releer y recomponer el proceso de descentralización, lo
que dará pie a facilitar la consolidación del Desarrollo como concepto
aplicable a Chile y sus regiones.
Por
lo tanto esta monografía pretende inscribirse en una revisión bibliográfica y
de discusión en torno a la realidad antofagastina respecto del concepto de
Desarrollo, término que por un lado se comienza a entender y asociar solo con
la idea de crecimiento económico. Sin embargo es necesario observar el punto de
vista cultural y de calidad de vida que también componen dicho concepto. Así la
presencia del proceso de descentralización
nacional como la conocemos hasta hoy, también vendrá a esclarecernos
este acercamiento a la realidad regional.
Es
por esta razón que observar la realidad regional nos permitirá observar lo que
acontece en el plano de una realidad no-descentralizada: “por una parte, la ampliación de las oportunidades de Desarrollo
ascendente desde la base, desde los territorios locales y regionales, con y
para las personas, comunidades e instituciones que viven y se desarrollan en
dichos espacios, un estilo de Desarrollo a partir de lo cercano y propio,
focalizado más que en la superación de las carencias, en el Desarrollo pleno de
sus principales potencialidades humanas, naturales y productivas”[8].
En
consiguiente la problemática consiste en identificar, inicialmente, la
situación del gobierno regional y municipal de la ciudad, llevándonos al
intento de esclarecer hasta qué punto el proceso de descentralización se
encuentra estancado o si es que avanza, con un biorritmo letargoso, pero lo
hace en medida alguna. La disposición de esta investigación siempre estará
enmarcada en la idea de que para lograr el Desarrollo, la descentralización
debe fortalecer el paso para la consecución del objetivo, uno a largo plazo y
acompañado de procesos racionales y planificación estratégica, que enfoquen un
fin justo y probo, que esté a la altura de la ética profesional, independiente
la disciplina desde la que provenga.
La
invitación está hecha entonces: “Construyamos
juntos un Chile fuerte, competitivo, Desarrollado y digno, con territorios
fuertes, competitivos, Desarrollados y dignos, con Gobiernos Locales y
Regionales, fuertes, competitivos, Desarrollados y dignos, dotados de poder de
decisión y recursos, compartidos con todos los chilenos. Todo Chile es Chile:
Descentralización ahora”[9]
Bibliografía
Alburquerque,
F: Revista de la CEPAL N°82: Desarrollo
económico local y descentralización en América Latina. Instituto de
Economía y Geografía, Consejo superior de Investigaciones científicas,
Ministerio de ciencia y tecnología. España, Abril del 2004.
Andrade,
O. et.al: Descentralización y Desarrollo
local/Regional. La tarea pendiente del modelo “Chilensis de Desarrollo.
Revista Electrónica, Agenda Pública. Edición V / N°10, Diciembre 2006.
Boisier,
S: Desarrollo endógeno: ¿Para qué? ¿Para
quién? (El humanismo en una interpretación contemporánea del Desarrollo). Mayo
del 2004.
Ferrer,
A: Raúl Prebisch y el dilema del
Desarrollo en el mundo global. Revista CEPAL 101, Agosto 2010.
Finot,
I: Descentralización en América Latina:
Teoría y práctica. Instituto latinoamericano y del Caribe de planificación
económica y social – ILPES. Santiago de Chile, Mayo del 2001.
[1]Alburquerque,
F: Revista de la CEPAL N°82, Desarrollo económico local y descentralización en
América Latina. Abril del 2004. Pág 159.
[2] Alburquerque,
F: Revista de la CEPAL N°82, Desarrollo económico local y descentralización en
América Latina. Abril del 2004. Pág. 159
[3] Finot, I: “Descentralización en América
Latina: Teoría y práctica”. ILPES, Santiago. Chile Mayo de 2001. Pág. 17
[4]
Finot, I: “Descentralización en América Latina: Teoría y práctica”. ILPES,
Santiago. Chile Mayo de 2001. Pág. 24
[5]
Ferrer, A: Raúl Prebisch y el dilema del Desarrollo en el mundo global. Revista
CEPAL 101, Agosto 2010.
[6] Boisier,
S: Desarrollo endógeno: ¿para qué? ¿para quién? (el humanismo en una interpretación
contemporánea del Desarrollo).
[7]
Boisier, S: Desarrollo endógeno: ¿para qué? ¿para quién? (el humanismo en una
interpretación contemporánea del Desarrollo).
[8]
Andrade, O. et.al: revista electrónica, adenda pública, edición año V/N°10. Pág.
5. Diciembre 2010.
[9]
Andrade, O. et.al: Descentralización y Desarrollo local/regional. La tarea
pendiente del modelo Chilensis de Desarrollo. Revista electrónica, adenda
pública, edición año V/N°10. Pág. 5. Diciembre 2010.
Comentarios
Publicar un comentario